miércoles, 21 de febrero de 2018

SEÑALES Y PRODIGIOS DE LA CIUDAD DE LOS CÉSARES

SEÑALES Y PRODIGIOS DE LA CIUDAD DE LOS CÉSARES


Un niño corre asustado hacia una puerta, que abre para entrar en un pequeño salón con ventanales a ambos costados, a través de los cuales se ve el mar. Comprendemos que se trata de un barco hundiéndose. Los ventanales explotan por la presión. El niño intenta huir pero es alcanzado por el agua que penetra violentamente y lo arrastra fuera de la nave. El niño intenta nadar hacia la superficie desesperadamente, mientras el barco se hunde y lo rodean peces, lobos marinos, orcas, ballenas y delfines, primero, pero que en una segunda mirada son antropomorfos, como sirenas y tritones, y juegan con él, impulsandolo, ora hacia la superficie- donde brilla lejano el sol- ora hacia el fondo. El niño se asusta, se ahoga y se desmaya.

El niño emerge abruptamente con una gran inhalación, semi ahogado, en la pileta redonda en el medio de una plaza, en el centro de una ciudad antigua de Chile, de aquellas con plano de damero. Las calles que circunvalan la plaza están desiertas de gente y son canales. En una de ellas, al costado de la plaza, esta anclado el barco que antes se hundía, rodeado por la tripulación. El niño corre hacia ellos y observa que los ventanales del barco, antes rotos, estan reparados. El niño mira asombrado, la tripulacion rie. De entre ellos, avanza el capitan, un hombre barbudo y tuerto vestido a la moda del siglo xvi. Desenvaina su espada y con ella toca el barco: este se encoje hasta ser muy pequeño. Lo toma con su mano y lo pone en las manos del niño. El capitan y la tripulación desaparecen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario