miércoles, 21 de febrero de 2018

Versos y Prosas para La Concepción del Otro Extremo. 9 Mayo 2017.

Al menos nueve personalidades han sido constatadas por mi conciencia y memoria en mi investigación empírica del inconsciente, de los límites de la conciencia, y por tanto, de la disociación voluntaria de mi propia personalidad, con fines de auto conocimiento y auto desarrollo de mi ser en su totalidad y de aquello que convengo con el Profesor Jung en llamar el Selbst o Sí-Mismo, la divinidad interna, la luz en el abismo y el misterio humano, a veces bajo la influencia de drogas psicotrópicas, a veces en estados alterados de conciencia auto inducidos por medios no externos, aunque comprendo que cueste creerlo pues no he escatimado peligros y absurdas temeridades en la vía de mi curiosidad infinita y de mi genuino deseo de profunda libertad. Así tras no pocos años de incesante naufragio logramos hoy encontrar un medio para que estas instancias o espíritus se expresen a través de nosotros en un solo espacio compartido fraternalmente. El lector apreciará las diversas y peculiares voces que sucesiva y espontáneamente encaran el discurso, tramando un relato siempre en proceso.
Retratemos nuevamente el arquetipo y describamos la trama del mito: la fábula de los Evangelios donde un hombre poseso por espíritus furiosos, daimones, es compelido por el exorcismo del Cristo a revelar su nombre: somos Legión, responden, 120 guerreros, una multitud, un panteón, un coro dionisíaco. Cristo los arroja dentro de una piara de cerdos, animales sagrados para las diosas e inmundos para los judíos. Los cerdos se precipitan en un lago, sacrificándose ritualmente en las aguas del inconsciente. Esos demonios son viejos dioses y diosas, sucios como cerdos, inteligentes y fuertes como ellos. Y desde las profundidades de las lagunas hablan los no muertos.
EPIFANÍA RECURRENTE TRAS CERRAR EL AFTER. MADRUGADA DESPUÉS DE LA TORMENTA. DOMINGO 7 DE MAYO AÑO 2017 EC, 466 AB URBE CONDITA. CRUCE DE LA LÍNEA FÉRREA, ESQUINA DE CALLES VICUÑA MACKENNA Y RENGO, BARRIO ENTRE LAS LAGUNAS, CIUDAD DE LA CONCEPCIÓN DEL OTRO EXTREMO, WALLMAPU, REYNO DE CHILE Y TRAPALANDA.
El soneto spenceriano, inglés o shakespereano, consta de tres cuartetas y un pareado final, variación de las tres cuartetas y dos tercetas para los clásicos 14 versos endecasílabos de arte mayor del soneto italiano y español. Antigua estrofa sublime entre todas, que Dante y Petrarca tallaran, que Quevedo y Cervantes pulieron y que Shakespeare, Baudelaire y Rilke sublimaran . Fue ampliamente cultivado, el inglés y el español, y en ambas lenguas, con y sin rima, por mi admirado Borges, sin duda, por la extraordinaria capacidad narrativa y dramática de esta estrofa lírica de estructura matemática. Mi aborrecido Neruda, en sus entrañables Cien Sonetos de Amor, les negó también la rima pero confirmando para nosotros la música natural del castellano-“En los bosques, perdido, corté una rama oscura...”-, lengua que leemos y escribimos con feliz propiedad y que en dialecto hablamos con ganas y cuya innata poesía ancestral cultivan los poetas del pueblo chileno y latinoamericano aún hoy con tanto gusto como gracia en sus cantos y versos de arte menor, a lo humano y a lo divino, por historia o por travesura, con tradición y novedad. El soneto, sin embargo, es un medio tradicional para la poesía culta, es decir, un arte cuyas cumbres han sido alcanzadas hace mucho tiempo ya por los vates supremos de todas las lenguas. No hay espacio aquí para vanas pretensiones de perfección, originalidad ni genio, sólo un útil y estricto ejercicio de aprendizaje poético. Sólo intentar recrear con modesto arte y corazón honesto ese verso inaudible que el viento y las musas susurran en nuestros oídos. A todos, a cada uno, siempre el mismo, para todos diferente. Para mí y para ti, aquí y ahora, en este lugar y tiempo, que a la vez es todos las ciudades y todas las edades, jamás nunca y para siempre.

SONETO EL PRIMERO:
A medianoche la tormenta azota/ Concepción con lanzas de agua y de viento/ Pero al alba los dioses tras la fiesta/ La miran con amor y la iluminan.
Y esa luz, aunque es tiempo, lo detiene/ Y la Edad Dorada brilla un segundo/ Eterna, en los árboles y calles/ De esta capital de perdidos Reynos.
Aquí donde el Águila consagrara/ Con sangre, al Lucero, Estrella Doble/Más alta que la Cruz y que el Canelo/ Como Diosa del Mar y de la Tierra.
Aquí brilla aún esa ardiente Estrella/ En cada corazón y en cada charco.


SONETO EL SEGUNDO:
Intrincado y preciso fue el diseño/ que los dioses trazaron, el destino/ que el tiempo y el espacio me impusieron/ pero que yo seguí como camino.
Ciegos corremos por el laberinto/ de una esfera eterna buscando el centro/ siguiendo la luz que va destruyendo/ al tiempo, a dios y a nosotros mismos.
Y a veces, en el crepúsculo cuando/ luces y sombras, el día y la noche / forman una estrella sobre el infierno
Los ríos en la tierra van cantando/ la muerte de los hombres, sus amores:/ esa estrella en el cielo de sus cuerpos.

SONETO EL TERCERO
En un viejo grabado hay una nube/ de donde surge una mano pulsando/ un tenso arco con aguda flecha/ apuntando por siempre a mi cabeza
Un lienzo intrincado como serpientes/ dicta la clave oculta de la trova/ la oscura sentencia del emblema/ la fórmula que descifra el enigma
Dios ignoto, númen incognosible/ la fatalidad, el tiempo, la luna/ Saturno, Diana, Mercurio y el Diablo
La flecha de nuestro fatal destino/ hace milenios ya fue arrojada:/ sólo la punta aún sabe a dónde viaja.

CÓCTEL ALQUÍMICO. BARRA DEL CALEUCHE. EL NAVEGAO DE’ORO.
En olla vieja y machucada vierta medio litro del tinto más malo de Chile o del más bueno. Conságrelo según los ritos de su fe o las ocurrencias de su inspiración. Recuerda que en cualquier caso, el vino es una droga antiquísima y la sangre misma de Dionisos o de Cristo. Agregue especias a gusto, canela, clavo de olor, jengibre, sólo para dar sentido y sabor a la historia del hombre, y ponga la olla a fuego alegre pero sereno. Agregue con generosidad miel de pradera o bosque nativo, de preferencia no muy aguada, y revuelva con dedicación hasta que el vino y la miel se abracen con la más dulce de las fuerzas. El primerísimo primer punto previo a la ebullición es la señal para retirar el recipiente del noble fuego y taparlo durante un breve momento de oración para que el águila que vuela no se aleje sino que vuelva a descender sobre su nido en forma de rocío bendecido por el cielo. Servir el Sagrado Grial en cáliz de oro o plata de viejos templos consagrados con huesos y reliquias, o en humilde y honorable potrillo de mosto pipeño y bigoteao de quintas de recreo. Beber a fruición mientras se mantiene tibio y disfrutar la memoria de la ambrosía divina que recorre nuestra sangre. Perder la razón con deleite, encontrar el corazón propio o ajeno en el fondo del océano insondable y navegar por siglos cantando bajo las aguas. Beber agua abundante antes del inevitable y fatal sueño.

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