miércoles, 21 de febrero de 2018

TRES CUECAS HERMÉTICAS. 13 Mayo 2017.

Presento aquí tres pequeños textos que, con tanta libertad como respeto, me permití llamar cuecas. Sólo en razón de una estructura métrica que la erudición académica dedujo del análisis histórico del género, canciones populares medievales y renacentistas que recorrieron América de la mano de la laúd y de la espada, herederas quizás de la vieja Roma y aún de la dorada Grecia, y que el pueblo hispanoamericano aquilató con arte  en el uso de una tradición genuina. No gocé del don de recibir la ciencia del oficio por directo linaje ni los talentos mínimos necesarios para su cultivo. Sí heredé una cierta sensibilidad para el goce de su sencillo y profundo encanto. La cueca me expresa y me inspira: sólo logro emular su armonía, con toda la gravedad fatal que mi horrendo espíritu puede, como pie forzado para dar cuerpo a mi delirio lírico. Sepan disculparme y aceptarlo como homenaje  esos maestros secretos del sagrado arte del canto y del verso, los señores de la cueca, dueños del divino don de la improvisación, de la voz del pueblo y del baile de la tierra, los poetas y cantores del Caleuche y de la Ciudad de los Césares, guardianes de un tesoro inagotable de sabiduría y de belleza que en esta asolada tierra, aún impoluta en nuestros pechos, goza para siempre de un inviolable santuario. Para la Nata, con amor sincero.

CUECA DE LA LLAVE
De mi corazón la llave / dices tú que no la tienes,/ digo yo que bien tú sabes/ que en tu mano la sostienes.
Nunca pierdas la llave/ que abre mi pecho:/ guarda un viejo tesoro/ de gran provecho.
De gran provecho, rucia/ pues ya conoces/ las riquezas que tu alma/ también esconde.
Dos corazones abre/ la misma llave.

CUECA DE LA SANGRE
Un poema me escribiste/ como nadie lo escribiera / con versos, besos y sangre/ que brotaron de tus venas.
Te respondo cantando/ pero en silencio/ con cuecas que se bailan/ como un misterio
Como un misterio, Nata/ ígneo secreto/ tinta roja que quema/ cielos e infiernos.
Si tu sangre me inspira/ bebe la mía.

CUECA DEL SUEÑO
Si un augurio fue mi sueño/ donde tú y yo nos amamos/ sólo un sueño fue el futuro/ donde antes naufragamos.
En los mares del tiempo/ navega el alma/ por siglos de tormentas/ buscando calma.
Buscando calma, amiga/ sobre las aguas/ el sueño es un velero/ que no naufraga.
Nunca se hunden amores/ de soñadores.



Emblemata Amatoria. Pieter Corneliszoon Hooft. Países Bajos.1618.

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